British Association for Counseling and Psychotherapy
Los nervios, el estrés y la ansiedad son las principales causas de la onicofagia o el mal hábito de comerse las uñas; al igual que ocurre con la necesidad de fumar, comer o hablar compulsivamente.
En ocasiones es sólo una rutina mal adquirida, pero a veces también es el síntoma de perturbaciones mayores como el trastorno de ansiedad generalizada, enfermedad que requiere de atención psicológica especializada. Lo más importante para desprenderse de un hábito así es tener la convicción de querer hacerlo.
Sufren ansiedad, son poco asertivas y no son capaces de enfrentarse a sus miedos, sino que buscan una manera de reducirlos. Son los principales rasgos que definen a las personas que se muerden las uñas, y que, según los expertos consultados por Efe, representa una forma de “hacer frente a un peligro”.
Por ejemplo, comerse las uñas puede provocar lo siguiente: Dañar la piel alrededor de la uña y aumentar el riesgo de infección. Aumentar el riesgo de resfriados y otras infecciones al propagar los gérmenes de los dedos a la boca. Dañar los dientes.
El hábito compulsivo de comerse las uñas es conocido como onicofagia y es considerada una manía de carácter psicológico. Según la psicóloga Carolina Lanas, cuando un niño empieza a morderse las uñas puede ser por curiosidad, consuelo, costumbre o porque lo vio en otra persona.
Aquí van algunos trucos:
Se cree que se inicia a partir del estrés, tensión o ansiedad, y que el niño se come las uñas para relajarse. Hay especialistas que creen que está relacionado con problemas de control de los impulsos o trastornos compulsivos. A pesar de esto, es habitual en niños sanos como un hábito temporal.
Es considerado un trastorno conductual, ya que es la ingestión del propio moco. Algunos psicólogos han sugerido que diversos estados de ansiedad y de bloqueos emocionales por disímiles causas también pueden llevar a desarrollar esta costumbre en momentos de la vida.
La onicofagia tiene un origen nervioso o ansioso. Sin duda, este trastorno esconde detrás un problema de ansiedad o estrés, aburrimiento, nerviosismo e incluso de inseguridad. Morderse las uñas es un patrón de conducta que se inicia en la niñez y en la adolescencia, pero que puede llegar a la edad adulta.
La dermatofagia es un trastorno psicológico por el cual la persona convierte en un hábito morderse la piel, sobre todo la de alrededor de las uñas, los nudillos o, incluso, los codos. En algunos casos, la piel también es ingerida, por lo que diferentes estudios ha propuesto que pase a denominarse ‘dermatodaxia’.
Carlos Fernando Ramírez Aboites, coordinador de Hospitales del IMSS, delegación Estado de México Oriente, advierte que la onicofagia permite el ingreso de diferentes bacterias en el estómago, lo que puede generar un cuadro infeccioso conocido como sepsis, según informó a HoyEstado.com.
10 trucos para no comerse las uñas